viernes, julio 18, 2008

Colas



Odio hacer cola. No lo soporto. Soy de las que compran las entradas del cine por Internet, de las que van al hiper a las 10 de la mañana en cuanto abren. Comprimo mi equipaje en una mini-maleta para sacar la tarjeta de embarque del avión por adelantado y ahorrarme la cola del check-in (aunque las colas de los innumerables controles no me las quita nadie), y ya ni hablemos del ataque de nervios que me coge si en vez de ir directamente al avión por el finger, nos meten en el autobús de marras, cola para subir al autobús (para salir no, porque existe una presión positiva que nos escupe hacia el exterior), cola para subir, cola para sentarse, cola para salir… No puedo. Es superior a mis fuerzas.

En cambio, a mi querida amiga LE ENCANTA hacer colas. Me parece que es su Leitmotiv. Disfruta haciendo cola. Me explicó una vez que en el ambulatorio se mamó tres (TRES!!!!!!) colas diferentes sólo para preguntar (PARA PREGUNTAR!!!!!!!!!!) dónde podía pedir hora para una mamografía (o un análisis de sangre, vaya usted a saber…). Anda, que también hago cola yo para preguntar. La última: la llaman unos amigos diciéndole que están comiendo en el FresCo, que fuera a tomar café. ¿Pues no se pone la niña a la (enorme) cola de la gente que va a comer, por vergüenza a que le dijeran que si se colaba? Parece que al cabo de un cuarto de hora recapacitó, se armó de valor y entró. Bien por mi niña!!!!!!!!!!!! Vas aprenent…

sábado, julio 12, 2008

Palanganadas




Aunque a los ajenos les pueda parecer que por fin publico una imagen del "Palangana", no, no es EL, pero todo se ha de decir, lo supera con creces en todo, sin entrar en detalles, único donde los haya. Con él rompieron el molde.

Empecemos por el principio: me pirra el cordero al horno. Vente a comer a casa, que yo te hago un cordero pá chuparte los dedos. Allá que te va la niña con er churumbé a comé cordero. Vinito pá l'aperitivo. Vinito pal cordero. Cava pá los postres. Cava pá la merienda. Galletas de chocolate y más cava. La parienta del cocinero que no pué más. Cocinero y la menda le siguen dando (al cava, se entiende).

De repente se pone a llover a cántaros (chuzos de punta, según los castellanos). De dónde salió la palangana, no lo sé, sus lo juro. En eso que el míster se la pone en la cabeza y le da por pasearse por el patio, ante el asombro de unos y horror de otra (léase parienta, a la que se le pasó la modorra de golpe). ¿Cómo acabó la historia?

Ante el panorama, me llevé a sus churumbeles a casa, como una buena amiga, y que el fabuloso cocinero y la parienta disfrutaran de la noche, que aunque lluviosa, podía dar mucho de si (entre otras cosas porque mejor que los menores no vieran a su idolatrado progenitor en según que circunstancias...)

domingo, julio 06, 2008

¿Noche estrellada?


Anoche no había luna, estaba nublado y tampoco se veían las estrellas. Fue una noche de salsa, de discoteca, y de caricias y besos a la orilla del mar, envueltos por la niebla, hasta que se nos hizo de día. Caricias y besos conocidos, pero diferentes: más maduros, y por lo tanto, más dulces, sorprendentemente dulces y tiernos.

Si, has cambiado. Pero no en todo, ¿verdad, amor? Qué miedo me da todo esto…